Métodos de pago: la clave para ganar clientes B2C

Nuevos métodos de pago: la clave para ganar clientes B2C

Es evidente que las empresas que ofrecen servicios de logística y transporte a las tiendas de comercio electrónico, ruedan a una marcha más lenta de lo que la expansión de las compras a través de internet exige. Hoy en día, las empresas de e-commerce tienen diferentes opciones en el mercado para hacer llegar sus envíos desde cualquier punto de la península a otro en 24-48 horas. Si el servicio ofrecido por la empresa de transporte es simplemente el de trasladar un bulto desde un punto A hasta un punto B, el margen será pequeño para una tarea que implica el funcionamiento óptimo de varios factores. A muchos directivos y directivas de empresas de comercio electrónico les vendría bien subirse una mañana a una furgoneta de reparto. Seguro que tras ubicar y llegar a la dirección de entrega, inventarse un lugar para aparcar sin molestar, preguntar al portero de la finca por la escalera de servicio porque el ascensor está averiado, encontrarse con que el destinatario no está o, si está, que no tenga el dinero para el contra reembolso y, además, reportar todo esto a su central en tiempo real; comprobarán que los menos de 9 euros por envío que cobran las empresas de distribución están muy bien ganados.

No se puede luchar contra los precios que impone el mercado, pero si se puede remar más rápido y adelantarse a las exigencias futuras. Para ello hay que plantearse: ¿por qué la gente compra por internet y también ¿por qué no lo hace? Los gurús del comercio electrónico tienen muy claras las razones que impulsan al consumidor a comprar a través de internet: oferta, precio y comodidad. El sector de logística y transporte tiene un papel importante en la segunda razón, pero sobretodo en la tercera. Todas las inversiones y los avances de las empresas involucradas en el proceso de compra a través de internet, deben enfocarse en que este sea cómodo, sin perder de vista los costes.

Para dar una solución práctica, metámonos en la piel del protagonista de esta historia: la persona que hace una compra por internet. ¿Cuál es la principal diferencia que sigue existiendo entre una compra en un comercio tradicional y una compra realizada mediante un dispositivo conectado a internet? En la mayoría de las transacciones “electrónicas”, los consumidores pagan por adelantado confiando en que el producto llegará en el plazo acordado y que recibirá exactamente aquello que han encargado. Pero ¿por qué tiene que asumir el comprador todo el riesgo hasta el momento de la entrega? Este es un factor que, lógicamente, le incomoda y que desaparece, por ejemplo, con el pago contra entrega. Las empresas de comercio electrónico junto con las empresas distribuidoras, deben desarrollar y ofrecer diferentes opciones para terminar el proceso de venta, sobre todo en mercados como el español, donde 1 de cada 3 compradores por internet prefiere el contra reembolso, incluso con un cargo suplementario (según un estudio realizado por la Comisión Europea en 2012).

En el cobro contra entrega, el repartidor realiza un servicio añadido que todos entendemos, ha de cobrarse. Este servicio supone un coste directo por debajo del que el cliente permite que se le cargue, dejando un margen para la empresa de transporte. Una complicación que se puede presentar a la hora de completar la entrega, es que el cliente no disponga, en ese momento, del dinero exacto. Tradicionalmente sólo se acepta el pago en metálico con los inconvenientes que ello conlleva (seguimiento, seguridad,…). Una alternativa es el aceptar tarjetas de débito/crédito, pero los datafonos tradicionales tienen un coste elevado, tanto por el uso del equipo como por el servicio financiero posterior. Hoy los protagonistas de este proceso de compra, transporte y entrega, se pueden beneficiar de los últimos avances tecnológicos que ya existen en el mercado. En concreto, de los dispositivos de bajo coste que conectados a un teléfono móvil, sustituyen al datafono tradicional. Además ofrecen una implantación a través de internet que permite llevar un control ágil y completo de los cobros, junto con otras ventajas como avisos en tiempo real, geo-localización (saber dónde se ha realizado la transacción), firma y comprobante de entrega digital.

Es el momento de que el sector del transporte se quite la imagen de anticuado y ofrezca soluciones innovadoras para hacer que las compras a través de internet sean más numerosas, más económicas y, sobre todo, más cómodas.

Alemania atrae a España

El grupo español “Día” cotizado en el IBEX, acaba de adquirir en Septiembre de 2012 el negocio español y portugués de la empresa alemana declarada en insolvencia Schlecker por un precio que ronda los 70MM€. Esta noticia es interesante y poco común para el sector del M&A en las empresas de logística y transporte en Europa: una compañía española compra la parte lucrativa del negocio de una empresa alemana en insolvencia. De esta forma se han salvado cerca de 4000 puestos de trabajo y aprovechado los 320MM€ de facturación que arrojaba su división en la Península Ibérica. Schlecker en Alemania no ha corrido la misma suerte que en España. Tras los 3 meses de “Concurso de Inversores” (paso previo al “Concurso de acreedores”) que ofrece la nueva ley de insolvencia alemana no ha conseguido ser rescatada por ningún inversor y ha tenido que disolverse.

Para el alemán que trabaja en España escritor de este artículo, se trata de un ejemplo interesante y no es el único caso de éxito. En Agosto de este año, una empresa española asesorada por Gaullar, compró la mayoría del accionariado de una compañía de logística y transporte alemana que se encontraba en una situación financiera límite. Estos ejemplos demuestran que son bajo situaciones difíciles (como la que nos encontramos) cuando algunos valientes encuentran oportunidades mirando al mercado desde una perspectiva diferente. Son este tipo de relaciones comerciales las que Europa tiene que esforzarse en apoyar y promover.

Quizás la solución está al otro lado de la frontera.